Nadie está por encima de la Ley

There was significant interest in the blog ¨No One is Above the Law¨ that I published on Monday. Several people from Latin America and Spain have asked for a version in Spanish to help clarify our current complex political situation. I offer the following to accomplish their request.

Nadie está por encima de la Ley: ¿Cuáles son nuestras opciones?

Aunque no me sorprendió, como la mayoría de las personas, me sentí consternado por los eventos que tuvieron lugar en el Capitolio de los Estados Unidos en Washington, DC la semana pasada. Un grupo de partidarios del presidente Trump marchó hasta el Capitolio y luego irrumpió en el edificio. Intentaban impedir que el Congreso contara y ratificara los votos del Colegio Electoral que certificaban la victoria electoral de Biden. Aunque no es común en los Estados Unidos, esto fue, de hecho, una insurrección, un auto “golpe de Estado”, un intento de robar la elección a los votantes que eligieron a Biden el 3 de noviembre de 2020. El presidente Trump había hablado anteriormente con los manifestantes y repitió la mentira de que había ganado las elecciones. Luego instó a sus seguidores a marchar hacia el Capitolio y luchar por su “victoria del día de las elecciones”. Los miembros del Senado y la Cámara de Representantes se reunieron para contar los votos del Colegio Electoral. Aunque algunos de los manifestantes eran pacíficos, cuando llegaron al edificio del Capitolio, la protesta se tornó violenta, irrumpió y destrozó el edificio. La fuerza policial estaba abrumada. Al principio, los miembros del Congreso se mantuvieron en su lugar, pero luego fueron trasladados a “búnkeres” seguros en el sótano. Durante el motín, Trump tuiteó una dura crítica al vicepresidente Pence por no anular los resultados (lo que legalmente no podía hacer). Inmediatamente, surgieron gritos dentro de la multitud al interior del Capitolio, “¡Cuelguen a Mike Pence! ¡Cuelguen a Mike Pence!”. Después de varias horas, la policía finalmente recuperó el control, aunque cinco personas han muerto como consecuencia de la violencia. Más tarde esa noche, el Congreso reanudó su sesión y certificó la victoria de Biden.

La mayoría de la gente ha condenado las acciones de los partidarios de Trump como criminales debido al allanamiento de morada y al vandalismo, aunado a las cinco personas que murieron. Los demócratas y muchos republicanos han acusado al presidente de incitar a la insurrección. Al menos dos miembros del gabinete (la secretaria de Educación Betsy Devos y la secretaria de Transporte Elaine Chao) y muchos otros funcionarios de alto rango han renunciado en protesta. Republicanos prominentes que han apoyado a Trump en el pasado (como Mitch McConnell, Lindsay Graham y William Barr) han admitido que el presidente ha ido demasiado lejos esta vez. Algunos de sus amigos más confiables cuestionan su salud psicológica y dicen que ha estado inusualmente deprimido después de su derrota electoral. Aunque la transferencia de poder a Biden tendrá lugar el 20 de enero, la mayoría de los ciudadanos estadounidenses quieren que Trump se vaya antes. Por temor a que Trump haga aún más daño en los próximos diez días, Twitter y Facebook han bloqueado permanentemente las cuentas del presidente. Si nadie está por encima de la ley, ¿cómo responsabilizar a las personas por sus acciones y, al mismo tiempo, traer mejoría a nuestro país? Hay varias opciones disponibles, pero cada una tiene sus ventajas y desventajas. ¿Qué debería hacerse?
 

1.- Trump podría renunciar lo antes posible. Tras su renuncia, el vicepresidente Mike Pence se convertiría en presidente hasta el 20 de enero. Esta es la opción más fácil, con mucho, y minimizaría la polarización adicional del pueblo estadounidense. Por sí sola, una renuncia no castigaría a Trump por sus crímenes. Pence podría ofrecerle un perdón presidencial (como Ford le dio a Nixon), que cubriría todos los delitos federales. Sin embargo, Trump aún podría enfrentar cargos del estado de Nueva York por evasión de impuestos u otros presuntos delitos, pero su incitación a la insurrección probablemente quedaría impune. Trump ha anunciado que no renunciará bajo ninguna circunstancia (podría ser presionado para cambiar de opinión si una opción más negativa como el juicio político se convierte en realidad).

2.- El vicepresidente Pence y la mayoría del gabinete podrían invocar el artículo 25 que establece que un presidente puede ser destituido de su cargo si no es apto (física o psicológicamente) para cumplir con sus funciones. Hasta ahora, Pence no ha mostrado ninguna voluntad de implementar esta opción.

3.- La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ha prometido que si Pence no invoca el artículo 25, ella traerá un artículo de acusación a la Cámara a principios de esta semana por incitar a la insurrección. Ella pondría esto en una “vía rápida”, y podría someterse a votación en la Cámara de Representantes el miércoles. Pasaría fácilmente. Luego iría al Senado donde necesitaría una supermayoría para su aprobación, lo cual no es tan seguro. Aun así, la decisión del Senado probablemente no se alcanzaría hasta después de la toma de posesión de Biden. Si el Senado confirma el juicio político, a Trump se le prohibiría postularse para presidente o cualquier otro cargo federal en el futuro. Sin embargo, Biden no favorece esta opción. No quiere comenzar su presidencia con una furiosa pelea partidista.

4.- El Congreso podría “censurar” a Trump por sus acciones. Esto probablemente se aprobaría tanto en el Senado como en la Cámara con un apoyo republicano sustancial. Sin embargo, este es un castigo demasiado débil. Es como una palmada en la muñeca por un delito grave que resultó en cinco muertes y podría haber derrumbado la democracia estadounidense.
 

Como puede verse, cada opción tiene su lado negativo. ¿Cómo deberíamos responsabilizar a la gente por sus crímenes y traer curación a nuestro país polarizado al mismo tiempo? Si ni la opción 1 ni la 2 se implementan en los próximos días, yo estaría a favor de un juicio político (impeachment) por la vía rápida en la Cámara, pero no llevado inmediatamente al Senado. Esto daría tiempo para que se produzca un respiro y para que Biden obtenga la aprobación de su gabinete y comience a implementar sus políticas prometidas. Si este alto crimen queda impune, otros presidentes podrían envalentonarse para cometer este u otros crímenes de traición en el futuro. Todos deben rendir cuentas por sus delitos. Nadie está por encima de la ley.

Un problema paralelo es por qué la policía fue tan ineficaz para detener esta insurrección. La policía del Capitolio debería haber sido reforzada rápidamente con la Guardia Nacional o la fuerza policial del FBI, pero por alguna razón, esas ofertas de ayuda fueron rechazadas. ¿Por qué? Se debe realizar una investigación exhaustiva para descubrir quién falló en sus responsabilidades y si Trump u otros estuvieron involucrados. Dado que la inauguración tendrá lugar el 20 de enero, es muy posible que se produzcan más acciones de violencia en la capital o en otros lugares de Estados Unidos durante los próximos días.

Otro tema que debe abordarse es el racismo institucional. Las protestas pacíficas de Black Lives Matter tuvieron lugar en DC y en otras ciudades el pasado verano y se encontraron con una fuerte resistencia policial. Pero cuando los manifestantes por la supremacía blanca invadieron y saquearon el edificio del Capitolio el miércoles, la inacción de la policía permitió que el saqueo no se controlara. El camino hacia la igualdad racial es largo y difícil, pero sigamos avanzando y no perdamos la esperanza.

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